CLÍNICA INSTITUTO DE UROLOGÍA Y SEXOLOGÍA

PSICOLOGÍA DE LA IDENTIDAD SEXUAL

Psicología de la Identidad Sexual

La identidad de género

Todo el mundo siente su sexualidad como algo muy personal.  En general se distinguen dos aspectos muy importantes:

Identidad sexual de género.

Consisten en afirmarse y considerarse a sí misma como mujer o un hombre.  Esta distinción de género tiene una gran importancia en la sexualidad humana.  Hay dos categorías de factores que influyen en la identidad sexual de género, estereotipos y arquetipos.

• Los arquetipos caracterizan al hombre y la mujer de manera universal, en todas las civilizaciones.  Ellos están relacionados con la morfología de los hombres y las mujeres, es decir, el pene y la penetración en la vagina y la receptividad de la mujer.  Esto esta en relación a la supervivencia de la especie.
• Los estereotipos también caracteriza la feminidad y la masculinidad, pero dependen mas de una visión cultural y social.  Ellos varían según las sociedades, variables en el en tiempo o en la región del mundo que se encuentren.

Psicología de la identidad sexual

Muchos aspectos contribuyen a definir la identidad sexual: comportamientos, actitudes, el significado y la cultura. Sólo durante el proceso de desarrollo psico-sexual, en el cual se establece la identidad: el aprendizaje, la imitación, el formateo y la educación. Poco a poco, el niño aprende a pensar y comportarse en el como «niño» o «niña».

El sexo no es suficiente para identificarnos como hombres o mujeres. Una constante interacción entre la biológica y diversidad cultural nos permitiría definirnos como un hombre o una mujer.
Convertirse en una persona sexuada es parte de la identidad y pasa a través de la asignación de roles sociales. Asumir estas funciones, a su vez, permite ser reconocido (a) por el grupo. La etnología ha demostrado plenamente la universalidad de esta división de roles entre los géneros, incluso si hay una variabilidad en estas funciones a nivel inter-cultural.

Hoy en día, en el puesto de las sociedades post -modernas, hay una redefinición de las funciones de roles, con acceso de las mujeres a puestos de trabajo que durante mucho tiempo fueron reservado exclusivamente para los hombres. Esta cultura materialista e individualista sugiere, que es suficiente cambiar las apariencias para resolver los problemas. Pero no es así de simple. El trastorno  del transexualismo ilustra esta ilusión cultural.
La construcción de la identidad sexual afecta a varios ámbitos de la investigación en las ciencias humanas. La psicología, la sociología y la filosofía ofrecen diferentes modelos descriptivos y explicativos, presentamos, a continuación  alguno de ellos.
El modelo psicoanalítico :
Según Freud, las diferencias psicológicas entre hombres y mujeres dependen de sus diferencias anatómicas: «La anatomía es el  destino»…..
Freud desarrollo su teoría de la bisexualidad psicológica: «Ni el punto de vista biológico o psicológico, las caracteres de uno de los sexos no excluyen las del otro”

Para Freud, el niño desarrolla una fantasía bisexual y desearía poseer los poderes   cualidades que atribuye a sus padres de ambos sexos;
La resolución edipica, le permite romper esta bisexualidad psicológica, para ir hacia la monosexualidad. El inconsciente es alentado por el deseo de deshacer esta separación inevitable.
Esta postura se basa en la idea , que la bisexualidad habita en  los seres humanos siempre, como se recuerda en El banquete de Platón donde el filósofo se refiere al famoso mito de androgyna.
Si una parte masculina y una parte femenina están presentes en todo ser humano, no impide que uno se defina a sí mismo como un hombre o una mujer de acuerdo con la predominancia de caracteres masculino o femenino.

La teoría psicoanalítica se basa principalmente en la diferenciación sexual que ocurre durante la etapa fálica, y en el complejo de Edipo.

Freud admite que, antes de la aparición de esta problemática, el niño sabe hacer la distinción de genero entre hombres y mujeres, y el mismo se ubica en su lugar en el lado de los niños o niñas, pero esta distinción no entra en lo pulsional y no tomaría en cuenta los órganos genitales. Órgano genital, que, según la teoría freudiana, sólo puede ser fálico: «tener o no» podría resumir de modo lapidario el proceso de construcción de esta diferenciación sexual.

En este modelo, Lo Masculino-falico se opone a lo femenino–castrado a la niña seria en primer lugar, un niño pequeño, recordándonos el modelo bíblico: la mujer estaría creada a partir del hombre…
Freud reconoció que su descripción se refiere principalmente a los niños. El psicoanálisis sigue siendo muy débil en lo que constituye lo  femenino, aunque otros autores, como Melanie Klein, Karen Horney y hipotetizaron que la vagina se conoce desde la primera infancia y que los individuos de sexo femenino son  niñas  desde el principio.

Winnicott (1971) dice de él que el niño, niña o niño, por las características de fusión intensa y original a la madre y su vientre, es en primer lugar femenino. El niño es de sexo femenino porque la madre es una mujer
La transmisión de este carácter “femenino puro» es un requisito previo para el establecimiento del “YO”.Para acceder a lo masculino, el niño debe reconocer a la madre como un “otro”. El carácter “masculino puro“ aparece secundariamente, cuando el niño está listo para hacer frente a la separación con la madre.

Stoller (1978) sugirió el concepto de la identidad de género, haciendo una distinción entre «sexo», que identifica lo que se relaciona a la sexualidad y el “género”, que se refiere al sexo social .Uno sería el sexo anatómico, el otro sexo psicológico.  Esta teoría implica que la adquisición de la identidad de género es esencialmente la obra de los demás, se presentan durante el primer año de vida y resultan de conductas del entorno de los niños, diferentes  si son  reconocidos como niño o niña.

Al igual que Winnicott, se hace hincapié en la primera fusión con la madre y desarrolla el concepto de «proto-feminidad «, refiriéndose a una feminidad primaria común a ambos sexos y de los derivados de nexos fusionales con la madre.
 

La individuación de sexo masculino se deriva de una des-identificación de la madre.
La masculinidad es vista como una construcción secundaria, facilitado el desgaste de la feminidad y la aparición de agresión fálica.

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